
Ignoro si Jesús existió o no. Es uno de esos pedos debatibles. Pero de que la historia me conmueve e intriga, vaya que sí.
Lo menciono porque justo en este momento veo mi DVD de Jesus Christ Superstar, una película que todo mundo debería ver para entender la razón de Jesús Cristo como parte de nuestra cultura.
Me gusta de la historia que el hombre es un revolucionario y un peligro para la estabilidad social. Los romanos temían un desmadre gigantesco. Y cualquier movimiento sospechoso era aplastado por miedo a que se tornara una astilla en la endeble relación con Roma.
Jesus Christ Superstar comenzó como un simple disco. Luego fue una obra de teatro, y terminó encarnado en una película deliciosa. En verdad es una experiencia muy diferente a cualquier otra cosa que vean sobre el tema –junto con la de Scorsese.
Todo gira en torno a “Superstar”, una canción en la que la humanidad cuestiona la llegada del Cristo en una época en la que no existía el pedo mediático. Si hubiera llegado hoy, su mensaje podría haber sido transmitido por Google, YouTube, MySpace… Y habría alcanzado al planeta entero. Eso se preguntaban Andrew Lloyd Webber y Tim Rice en los 70 –su obra filmada por Norman Jewinson.
La producción fue realizada en Israel, con anacronismos que añaden un toque familiar a una historia universal. Hay tanques, aviones y metralletas. Y Cristo luce más frágil que nada –aunque es rubio y de ojos azules.
Las canciones son poderosas:
“Your followers are blind, too much heaven on their minds”, cuestiona Judas. Es la historia de Judas más que de Cristo. De cómo él notaba que el mensaje se perdía en el personaje.
Deben verla. Desde el inicio. En verdad es imponente.
Lo que Jesús le dice a Simón en ‘Poor Jerusalem’ sigue tan vigente hoy que estremece:
“Neither you, Simon. Nor the 15 thousand. Nor the romans, nor the jews. Nor Judas, nor the twelve, nor the priests, nor the scribes… Nor doomed Jerusalem itself… Understand what power is. Understand what glory is.”
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