Fin del Mundo VII

¿Saben cuál es la parte vergonzante dentro de todo este asunto de la influenza? No son los correos cadena (que, antes de que hubiera internet, eran mecanografiados y fotocopiados), ni las acciones oportunistas de cadenas de televisión que programan Epidemia, con Dustin Hoffman y Marcel de Friends o los productos de limpieza que ahora sí resaltan con bombo y platillo el 99.9% de efectividad que tienen contra los bichos y no que dejarán tu baño oliendo a papaya y maracuyá.

No, lo trágico, lo absurdo, lo penoso, es que nos tengan que recordar esto.

Porque es así de sencillo cortarle el paso a la infección. Eso no quiere decir que andaremos con trajes contra riesgo biológico y guantes el resto de nuestras vidas, necesitamos los bichos, nuestro cuerpo necesita hacer sus propias vacunas contra algunas enfermedades. Pero llegar al punto en que nos tienen que recordar no ser unos cerdos… bueh, no es nada halagador.

“Técnica correcta para el lavado de manos.” OMG. No falta mucho para que nos tengan que recordar como atarnos los zapatos o por qué no es bueno comer comida descompuesta.