
Ayer me hartaron los heraldos de la paranoia. Valientemente, los taché de pendejos. Así soy de osado y atrevido. Y es que es precisamente ese tipo de actitud la que de verdad puede poner a la gente en peligro. Ya lo dice Tommy Lee Jones en Men in Black, “una persona puede ser inteligente, pero la gente es un grupo de animales estúpidos y asustados”. Y es completamente cierto.De pronto ya leía yo acerca de reportes de casi un centenar de personas muertas, y el triple de esa cantidad, enfermas en centros de salud. Hoy, con muy poca cobertura de los medios, me entero que no, q son pocos casos de muertos en el DF y todos con síntomas presentados 1 o 2 semanas antes. Sí, hay gente internada, sí, algunos son casos de influenza y todavía están determinando si es un problema grave o no.
Mientras tanto, el ejército ofrece el arma definitiva contra los contagios, el cubrebocas. Perdón, pero no me jodan. Para empezar, quienes deberían usarlos son los enfermos, no todos los demás. Y en segunda ¿no es eso causar alarma en la gente? Digo, si yo de pronto veo un grupo de soldados recorriendo las calles de mi colonia, me preocupo ¿Cómo reaccionarían 35 personas paranoicas que acaban de ver los noticiarios de TV Azteca? ¿Y 100? ¿Y mil?
Ese es mi rencor contra la gente idiota. Suena a estupidez, pero así comienzan las bolas de nieve. Un amigo, que conoce a alguien en un hospital, que es primo de un médico de guardia, dice que a la gente se le está derritiendo la cara. Suelto eso en Twitter, en una llamada telefónica, en el metro. Alguien lo lee, lo escucha, lo copia, lo pega. Y así, poco a poco, de pronto, de manera geométrica, se va difundiendo el rumor. Y con nuevos detalles, todo por esas ganas estúpidas de pertenecer a un pedacito de una historia, de sentirse parte, aunque sea, del final de los tiempos. Al final, tienes a un montón de gente tarada en los hospitales, sin síntomas de ningún tipo, entorpeciendo la labor de los médicos. Y de ahí, todo puede ponerse peor.
La recomendación, entonces, es: si se sienten mal, vayan al médico. Ya él les dirá si tienen algo o no. Si no se sienten mal, no hagan mosca, por favor. No inventen historias de horror nada más por el gusto de hacerlo.
Ah, y para acabarla de joder, me resfrié. Chin.
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